Escribir en tiempos de crisis, toda una hazaña. En esta mañana de domingo, dedico este poema a todos los poetas del mundo que luchan por vivir de sus versos. Gracias por ser cigalas en vez de hormigas y hacer un poco más feliz nuestras vidas con su arte.
Puso el poeta en sus versos
todas las perlas del mar,
todo el oro de las minas,
todo el marfil oriental;
los diamantes de Golconda,
los tesoros de Bagdad,
los joyeles y preseas
de los cofres de un Nabad.
Pero como no tenía
por hacer versos ni un pan,
al acabar de escribirlos
murió de necesidad.
Rubén Darío, 1886
No hay comentarios:
Publicar un comentario